¿Cómo combatir a la corrupción siendo el mismo concepto algo tan amplio y a veces ambiguo? La mayoría de las personas en el mundo saben lo que es pero aún así parece colarse en el día a día de muchos ciudadanos. A través del tiempo ha conseguido fuerza en ciertas partes del mundo y ha logrado arraigarse en las estructuras sociales por lo que se ha vuelto cada vez más complicado identificar dónde comienza y dónde termina. Raymond Fisman y Miriam Golden plantean en su libro Corruption: What everyone need to know, entender primero el concepto, luego sus problemáticas y así formular posibles soluciones. En los primeros capítulos, consiguen dilucidar el concepto en cuestión dando un breve contexto y estableciendo una definición focalizada a la corrupción en el sector público: el abuso de una posición de poder para obtener un beneficio personal. Los autores puntualizan que ésta definición se extiende a las interacciones entre el sector privado con la esfera pública en las que se puede dar la corrupción.
En el libro se plantean cuestionamientos y ejemplos que permiten al lector reflexionar sobre cómo funciona la corrupción y cómo ha logrado persistir en todo el mundo de mayor a menor medida. La mayoría de las personas en el mundo lidian con la corrupción en su día a día, son conscientes de ella y saben que daña a la sociedad, pero muchos sienten que no tienen el poder para hacer algo al respecto. Fisman y Golden proponen dos factores que permiten entender porque sucede esto y así, plantear un marco de acción que dé solución al problema. Tomando en cuenta que la corrupción trae consigo varias consecuencias sociales, “daña la eficiencia económica, aumenta las desigualdades sociales y socava el funcionamiento de la democracia,” uno de los primeros elementos que hace que la corrupción se fortalezca es el hecho de que no es dañina de manera directa para todos. Precisamente lo que hace que se vuelva un problema grave es que aparece como algo seductor, con beneficios a corto plazo que parecen “ahorrarle” a la gente de otras cosas, principalmente procesos burocráticos para los que tal vez no se tengan recursos. Esto es parte de lo que alimenta el círculo vicioso de la corrupción.
Fisman & Golden resaltan que mucha gente que se ve involucrada en actos corruptos, en principio, está en desacuerdo con el acto pero sus alternativas llegan a ser reducidas, sobretodo en países donde se suman otros problemas sociales y la corrupción ha penetrado en casi todas las instituciones del país.
El pensamiento de: “todos lo hacen, ¿por qué yo no?” Inicia una reacción en cadena que parece interminable. Los autores explican esto tomando la teoría desarrollada por el premio nobel de economía Thomas Schelling, llamada comportamiento contingente. Esto es, el comportamiento que depende de lo que otros estén haciendo, cuando se toman decisiones después de haber considerado lo que se espera que hagan los demás. Es por esto que los actos de corrupción se vuelven un comportamiento que todos adaptan dentro de una sociedad: la corrupción funciona de la mano con las expectativas sociales. Se vuelve un problema mucho más complejo si se toma en cuenta la dicotomía del asunto: Socialmente se pide actuar con rectitud, ética y moral, pero al mismo tiempo las personas dentro de x sociedad ven y experimentan cómo algunas otras personas dan sobornos, se saltan reglas, los mismos líderes políticos se ven involucrados en actos de corrupción, los policías son los primeros en pedir sobornos, y ahí es cuando surgen ideas como: “todos son corruptos, si unos lo hacen porque yo no, es la primera vez que lo hago, no quiero perder el tiempo en trámites” etc. Esta dicotomía crea cierta disonancia cognitiva y por lo tanto se formula una justificación que permite que sigan replicándose estos actos. Fisman & Golden mencionan que es difícil detectar las raíces de la corrupción, sobretodo porque varía dependiendo la región; resaltan que es casi imposible especificar si la pobreza causa corrupción o viceversa pero presentan datos que corroboran y contradicen ambos lados dejando en claro que el elemento dinero es crucial en esta dinámica estructural. Por otro lado, y eso se ve mucho en México, éste es un problema que se ha aliado con el crimen organizado y la política. En la mayoría de los países en los que la gente está preocupada por sobrevivir el día, en el momento en el que alguien les ofrece dinero para, por ejemplo, comprar votos, probablemente lo tomen sin dudar; o prefieran pagar un soborno porque no pueden darse el tiempo de llevar a cabo el proceso legal (y económico en el caso de casi todos los trámites de gobierno) que se establece. Si en un país un ciudadano no ve apoyo del gobierno en temas de salud, seguridad y educación en lo que va a estar pensando es en cómo sobrevivir y cómo conseguir algo aparentemente de manera más fácil. La corrupción es un sistema que una vez que empieza, si se deja, va ganando fuerza. Es importante acercarse primero con la gente con la que se convive en los círculos más cercanos y transformarlos. Se debe de empoderar a la gente para que no sientan que no hay salida o que es algo que los rebasa. Correr la voz de que en comunidad se puede fortalecer y cambiar lo que no te parezca correcto. Los autores mencionan que el libro está enfocado en formular soluciones que se puedan aplicar al sector público, y justamente parece ser el lugar perfecto para empezar. Si ahí inicia un círculo virtuoso, crece y poco a poco se erradica la mayoría o todos (idealmente) los actos de corrupción, entonces cuándo algún empresario, político o figura pública lo haga será mucho más señalado socialmente y se exigirá con más fuerza un cambio. Se puede accionar, y es totalmente posible y hasta más fácil, dentro de los círculos cercanos. El análisis que nos brindan Fisman & Golden sirve para plantear las bases de lo que después podemos llevar a la acción. Necesitamos entender primero la magnitud y anatomía del tema para después aportar propuestas que transformen el círculo vicioso a virtuoso. Bibliografía: Raymond Fisman & Miriam A. Golden. (2017). Corruption: What Everyone Needs to Know. Estados Unidos: Oxford University Press.
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